viernes, 6 de mayo de 2011

Un noruego en Bogotá: el primer día de Lars Saabye Christensen en la Feria

"La montaña más alta de Noruega debe tener unos 2.000 metros sobre el nivel del mar", decía Lars Saabye Christensen mientras caminaba por los callejones de Corferias viendo los cerros orientales de Bogotá y digiriendo que estaba a 2.600 metros de altitud.

El autor de "Beatles", una novela maravillosa sobre la amistad y la música en los 60's, y de "El hermanastro", una tragicomedia familiar que se convirtió en un éxito sin precedentes para un escritor noruego, tenía pocas horas en la capital y se le veía afectado. Claro, el cambio horario, el hecho de haber dormido poco y, especialmente, ese guayabo oculto que sólo detectamos los que hemos estado en esa situación, no le ayudaban.

Tampoco le ayudaba el hecho de tener que comunicarse en inglés pues no domina el español, pero él, con la mejor voluntad del mundo, estaba muy a las 10 de la mañana entrando a Corferias junto a quien escribe, pues como buen invitado de lujo debía asistir a la ceremonia inaugural de la Feria Internacional del Libro de Bogotá presidida por Juan Manuel Santos y Rafael Correa.

El hecho es que ahí estábamos los dos, tomando tinto, algo incómodos con la hora, algo madrugados, pero con un tema de conversación que abre casi todas las puertas: fútbol. Saabye Christensen, como casi todos los noruegos, es fanático de la Premier League inglesa y es hincha del Manchester United, equipo que en los 90's tuvo como líder y capitán al danés Peter Schmeichel, considerado por muchos como uno de los mejores arqueros de todos los tiempos. Lars es uno de ellos, pero me aclara que en nada tiene que ver el hecho de que tenga ascendencia danesa.

El fútbol nos llevó a hablar de la extraña liga noruega, la Tippeligaen, en donde el invierno determina que se juegue sólo entre abril y noviembre (por eso allá no se pierden la Premier inglesa, que sí se disputa entre noviembre y abril), y ahí me hizo la primera confesión literaria: Saabye Christensen suele irse al norte de su país a escribir.

Claro, esto no tendría nada de raro si no fuera porque en el norte de Noruega, gracias a su cercanía al Polo, hay seis meses de noche perpetua y seis meses de luz todo el día. Es algo que un colombiano difícilmente comprende. Es más, le dije que a mi me deprimiría vivir seis meses en la penumbra, pero él sonrió y lo dijo con categoría: "Esos seis meses son fantásticos para escribir, te concentras, te metes en lo que estás escribiendo y simplemente escribes".

Y eso hace, escribir, pues Lars Saabye Christensen no sólo es novelista. En su haber están múltiples guiones (es considerado el escritor más importante del nuevo cine noruego) y varios libros de poesía, su verdadera pasión. Es más, este "escritor total", si se me permite el uso del término, ha escrito varias canciones para el grupo de blues Kare Virud, al que suele acompañar en sus presentaciones en Oslo recitando mientras la guitarra le hace compañía.

"Una vez, en un festival de rock, Ringo Starr me pidió que subiera al escenario y yo no lo podía creer. Es decir, es un Beatle, mi ídolo de la infancia, me pidió que estuviera con su Big Band y yo estuve recitando mientras él y su banda tocaban... fue increíble", recuerda con una sonrisa enorme. Su rostro, blanquísimo e innegablemente extranjero ("el gringo" le dirían muchos) se torna rojo haciendo juego con las líneas que marcan sus ojos trasnochados.

"Es duro pasar de un género a otro", acepta Lars, "especialmente pasar de novelas a la poesía pues la poesía te sale de adentro, es algo que tienes que escribir ya, mientras que la novela es un proceso. Cuando escribo novelas termino absolutamente agotado, en cambio, cuando escribo poesía lo puedo hacer en la mañana y tener una sonrisa enorme en la tarde. Creo que la mejor poesía se escribe en diez minutos".

HSi bien ya era un autor reconocido en las letras nórdicas, el prestigio europeo le llegó con "El Hermanastro", un libro con el que no sólo conquistó los duros mercados británico y francés, sino con el que enamoró a la crítica. Esa fue su entrada en el circuito literario internacional y a partir de ahí sus obras se tradujeron al inglés, al francés y, finalmente, al español. Se convirtió en una estrella literaria, pero sabe que no es un escritor popular: "El Hermanastro no es precisamente una novela para todos, pero fue muy bien recibida. Afortunadamente cuando llegó toda esta fama yo ya estaba preparado. A los 25 años, cuando publiqué Beatles (1984), conocí el éxito nacional y tuve mis primera experiencias internacionales, así que no me golpeó tan fuerte".

En cambio, lo que sí lo golpea es escribir guiones: "Cuando escribes una novela la novela en sí misma es el objetivo, en cambio cuando haces un guión el objetivo no es el guión, es la película, y tu guión debe pasar por un director. Es muy extraño", reflexiona.

Sin embargo, a pesar de su prestigio en la industria (su nombre en IMDB da una lista enorme de trabajos) Lars confiesa que no le interesan las películas: "Es hermoso ir al cine y ver películas, pero no me interesa la realización de ellas. Amo el cine pero no tanto a la industria cinematográfica". Lo suyo, evidentemente pues siempre vuelve al tema, es la poesía: "Tengo una influencia tremenda de la música en la poesía. Hablando de los Beatles, comencé a hacer las traducciones de las letras de sus canciones en mi juventud y esa fue la entrada a la poesía", recuerda, y hace énfasis en la importancia de escribir en la lengua materna y de los conflictos que le generan las traducciones: "Creo que la poesía es algo difícil para las editoriales, especialmente en cuanto a las traducciones pues es un tema muy delicado", señala.

Este noruego, que a las 11 de la mañana ya se notaba algo golpeado por el extraño sol picante que a veces hace brillar a Bogotá, teme por el futuro de su idioma: "Somos 5 millones de noruegos y los idiomas que nos enseñan desde niños son inglés y alemán. Además, Noruega se está convirtiendo en un país de inmigrantes y, como no es una lengua fácil, la gente se está comunicando en inglés. Es un proceso extraño pues se puede llegar a que cada vez se hable y se lea menos en noruego".

Pero si a algo le temía Lars era al cansancio que tenía a esa hora. El viaje, las copillas de más en la noche anterior, la madrugada... era el momento de ir a descansar y huir de la inauguración, así que nos despedimos, no sin antes responderle varias dudas sobre la poesía colombiana y contarle que en esta Feria Internacional del Libro habrá por primera vez un encuentro de poesía indígena con invitados de varias etnias.

Lo curioso es que Saabye Christensen lamenta el hecho con un movimiento leve de su cabeza. "¿Qué pasa?", le pregunto, y él me responde contundente: "La poesía hay que leerla en su idioma original, hay que sentir la fuerza de las palabras, el peso de su significado... ¡y yo no hablo español!".

Sí, es el tipo de cosas que le pueden pasar a un noruego en Bogotá.

PD/ Si quiere ver a Lars Saabye Christensen, estará este viernes en la Librería Prólogo (Calle 96 # 11a-46) y este sábado será la estrella de una mesa imperdible en el Encuentro Internacional de Escritores de la Feria: Conversatorio sobre la novela Beatles. Junto a él estarán Manolo Bellón y Diego Oquendo en la sala Porfirio Barba Jacob de Corferias a las 5 de la tarde.

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