Hay quienes lo veneran y hay quienes lo detestan, especialmente por sus posturas políticas que en los 90 lo llevaron a ser candidato presidencial en Perú con una bandera neoliberal que no caló bien entre la intelectualidad latinoamericana, tan históricamente amiga de la izquierda. Pero nadie discute que Mario Vargas Llosa es un escritor genial, con obras fundamentales no sólo para su país o para el continente sino para el mundo entero; por eso su presencia en la Feria Internacional del Libro de Bogotá es tan significativa.
Ojo, acá no quiero decir que el reciente premio Nobel de literatura esté la FILB, no, lastimosamente canceló a última hora por eventos varios en Europa (el problema de agenda que llega con ganarse un Nobel...), pero es como si estuviera. La exposición en homenaje al peruano es la mejor forma de acercarse a la vida de este autor, a su trabajo, a su forma de ver el mundo y, para rematar, está realmente bonita.
Es más, el propio agregado cultural de la embajada de Perú en Colombia, Hernando Torres Fernández, confesó que es la "exposición más grande del mundo que se haya hecho sobre Vargas Llosa".
La muestra fue un éxito en Perú y Bogotá es su primer destino internacional como un total, pues pequeñas secciones ya han sido presentadas en Europa. "Son 600 metros cuadrados con una cantidad de artículos y elementos que condensan parte de su vida. Es una exposición muy completa que va a deleitar a los colombianos a quienes tanto quiere", agregó Torres, con un marcado tinte populista que vaya uno a saber qué tanto le gustaría a Vargas Llosa.
O bueno, sí se puede saber, porque como dije antes, en esta exposición se pueden ver las cartas que el arequipeño cruzó con pares como Julio Cortazar, Gabriel García Márquez o Pablo Neruda. Esta parte de la muestra es una maravilla en la que se ve la posición de vida de un maestro de la narración, pero hay más: manuscritos, fotografías personales, diplomas, primeras ediciones, una cronología de su vida... en fin, después de pasar por este pabellón de Corferias inevitablemente se tiene una nueva mirada sobre Vargas Llosa y se entienden muchas cosas no sólo sobre sus novelas, sino sobre su vida misma.
Ahí dejo un par de fotos que en últimas no valen la pena, lo que vale la pena es que vaya a la Feria Internacional del Libro de Bogotá y se arriesgue a conocer a Vargas Llosa a fondo. No porque sea el último Nobel (aunque también), porque es un personaje fascinante y atípico en la intelectualidad de nuestro continente.
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